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Descifrar el contenido de las tablas nutricionales de los productos es un duro trabajo, aquí le decimos a qué es necesario prestarle más atención

Entender las tablas nutricionales de los productos que hacen parte del consumo tanto de niños como de adultos en los hogares colombianos es todo un desafío, pues las etiquetas carecen de un lenguaje claro y comprensible que puedan descifrar sin problema quienes no son expertos en nutrición.

En el país varias organizaciones luchan para lograr etiquetados precisos con los que un consumidor pueda saber con un solo vistazo si lo que va a comer o beber es alto en los denominados nutrientes críticos (azúcar, sodio y grasas saturadas), como ocurre, por ejemplo, con los etiquetados frontales en Chile. 

Y, mientras esto se da, le contamos cuáles son las variables que puede tener en cuenta a la hora de decidir y le damos a conocer una aplicación que con un solo escaneo le puede ayudar en esta tarea.

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Laura Suárez, gestora de incidencia de Red Papaz, explica que es necesario poner atención, por ejemplo, a las porciones y los ingredientes, entre otros. 

Partiendo de un error: la cantidad de calorías

Las tablas nutricionales que se encuentran comúnmente en los productos asumen que para todas las personas existe un requerimiento de 2.000 calorías diarias, por lo tanto, los porcentajes que aparecen allí obedecen a este valor. 

Sin embrago, esta cantidad está basada, enfatiza Suárez, “en una mujer europea promedio, que mide más y tiene una fisonomía diferente a la nuestra, por lo que desde ahí se parte de un error, porque el consumo depende de la edad, el género y la cantidad de actividad física, entre otros”. Entonces, estas 2.000 calorías suelen no ser las requeridas por muchos de los colombianos. 

La porción

Otro punto relevante es el tamaño de la porción, que no siempre es igual a la cantidad total del producto.  

Es decir, un producto puede tener un contenido total de 120 gramos, pero cada porción puede ser de 30, entonces como un solo empaque puede contener más de una ración, se debe estar atento a la cantidad real que se está consumiendo.

Para conocer el valor total, lo que se debe hacer es multiplicar el porcentaje por la cantidad de porciones. 

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El orden y la cantidad 

La cantidad de ingredientes de un producto da una luz de qué tan procesado es: entre menos ingredientes, menos procesado. 

Asimismo, se debe tener en cuenta que los componentes vienen en orden de mayor a menor contenido, es decir, lo primero que aparece es lo que trae el producto en mayor cantidad.

El tipo de ingredientes

Por otra parte, si entre los ingredientes aparecen palabras que difícilmente pueden pronunciarse, son desconocidas o no se tienen en la cocina para las preparaciones caseras diarias, lo mejor es no consumir ese producto, pues lo más probable es que contenga exceso en por lo menos uno de los nutrientes críticos. 

Este es un punto clave en el que hace énfasis Rubén Orjuela, nutricionista e investigador de Educar Consumidores, quien asegura que la lectura de las etiquetas requiere de conocimientos específicos en el tema, por lo cual su recomendación es que si entre los ingredientes del producto se encuentran sustancias químicas, no se consuma.