NOTA DE EL TIEMPO 24-08-2020

Revista Public Health publicó investigación de las universidades de Antioquia y de Sao Paulo

Esta semana la revista científica Public Health Nutrition publicó el artículo “Nunca había visto tantos cabilderos”: prácticas políticas de la industria alimentaria durante el desarrollo de un nuevo sistema de etiquetado nutricional en Colombia”, realizado por investigadores de la Universidad de Antioquia y de la Universidad de Sao Paulo, donde afirman cómo la actividad política corporativa en Colombia ha influenciado negativamente en la adopción del etiquetado frontal de advertencia en productos comestibles ultraprocesados.

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Para la Organización Panamericana de la Salud –OPS es creciente la evidencia científica que demuestra que la comida chatarra (productos ultraprocesados) y los ambientes que favorecen su amplia difusión y comercialización, son los grandes responsables del incremento de la obesidad en el mundo.

En Colombia según la última Encuesta Nacional de Situación Nutricional, ENSIN 2015, uno de cada dos colombianos sufre exceso de peso y uno de cada cuatro niños entre los 5 y 12 años.

De hecho América Latina viene siendo foco de las multinacionales de productos comestibles ultraprocesados, a raíz del aumento del consumo de estos productos en la región. Por esta razón Colombia fue seleccionado por la investigadora Melissa Mialón, de la Universidad de Sao Paulo, para ser parte del trabajo de campo de su proyecto posdoctoral, con la colaboración de los investigadores Diego Gaitán, Eliana Pérez y Gustavo Cediel de la Universidad de Antioquia.

Etiquetado de alimentos

El etiquetado frontal de advertencia sirve, según sus impulsadores, para tomar decisiones de consumo realmente informadas.Foto: iStock

La investigación publicada recientemente afirma cómo la industria de comestibles ultraprocesados en Colombia, ha usado un amplio rango de estrategias políticas que podrían haber influenciado negativamente la futura implementación del etiquetado frontal de advertencia, una medida que buscaba reducir el consumo de productos nocivos para la salud con exceso de azúcares, grasas y sodio, a partir de un rótulo frontal de forma octagonal, que informaba a los consumidores sobre el exceso de nutrientes críticos en los productos empaquetados.

“En este estudio encontramos 275 ocurrencias de actividad política corporativa en Colombia” manifiesta Eliana Pérez, nutricionista de la Universidad de Antioquia, y coautora de la investigación, quien afirma que los resultados obtenidos en este ejercicio académico tuvieron el rigor científico necesario para demostrar cómo en el país las industrias de productos comestibles ultraprocesados actúan sistemáticamente para interferir en políticas de salud pública.

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Entre las estrategias utilizadas por la industria e identificadas por los investigadores se encuentran: desviar la atención del problema de la obesidad con alianzas público privadas; producir y difundir conocimientos moldeados a sus intereses; criticar la
evidencia internacional libre de conflictos de interés y las medidas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud –OMS; desestimar los avances logrados en otros países y por último, participar directamente en la rama legislativa a través de lobistas y donaciones a partidos políticos, que generan evidentes conflictos de interés y votaciones negativas a proyectos de ley que han buscado implementar las recomendaciones de la OMS para frenar la obesidad.

Para el nutricionista Rubén Orjuela, de Educar Consumidores,  “es hora que la industria alimentaria deje de oponerse a las medidas que buscan frenar la obesidad en el país, es mejor que inviertan esos recursos en investigación que les permita convertir sus productos ultraprocesados en productos menos nocivos, sin excesos de azúcares libres, grasas saturadas, sodio/sal y aditivos con efectos nocivos para la salud”.

Orjuela señala que esta industria debe aprender, en estos tiempos difíciles por el coronavirus, que su mayor activo son sus clientes, y que por lo tanto deben ponerse del lado de la salud pública y no en su contra como lo han hecho hasta ahora.

En Colombia la obesidad y las enfermedades no transmisibles, cuyas causas se relacionan con la mala alimentación, ha ocasionando la muerte de más de 375 mil colombianos en los últimos 5 años. Por lo tanto la pandemia de la obesidad, declarada por la Organización Mundial de la salud hace un par de años, ha sido más mortífera que el actual coronavirus.

La llegada del COVID-19, no solo ha servido para instaurar hábitos de higiene como el lavado frecuente de manos, la limpieza del calzado para ingresar a las viviendas, el correcto uso de mascarillas, entre otros tantos; también ha puesto en evidencia las consecuencias de la obesidad y las enfermedades causadas por la mala alimentación, como un problema de salud pública.

“Las personas con comorbilidades relacionadas al exceso de peso son más vulnerables frente a enfermedades infecciosas” afirma Eliana Pérez. Por esta razón desde la académica, los investigadores de la Universidad de Antioquia hacen un llamado a implementar cuanto antes políticas públicas que ayuden a prevenir la obesidad y fomenten la alimentación saludable.