La campaña Dulce Veneno, que lidera el Colectivo de Abogados José Alvear, llama la atención de los colombianos mediante interrogantes que no tienen respuesta ¿Hasta cuándo se comprará la bebida azucarada sin conciencia de la afectación a la salud?; ¿hasta cuándo habrá envases en botellas de plástico que ahogan la tierra, el agua y el aire de la nación y del planeta?; ¿cuánto debemos esperar a que los congresistas legislen para todos, y no para grupos empresariales que sólo buscan incrementar sus ingresos a costa de la salud de los colombianos, generando daños colaterales al planeta?; ¿cómo se apoya las consignas de “trabajo con responsabilidad social”, cuando al otro lado se deteriora la salud y afecta el medio ambiente de todos?.

El Departamento Nacional de Planeación ha señalado que para el próximo año, 321 municipios estarán en peligro ambiental y sanitario por sus desechos. ¡No hay más espera, se requiere acción!

Para un país que desea ser amigable con el ambiente, las cifras no son favorables, solo el 1% de la industria está comprometida con la generación de plásticos biodegradables.

El sector de bebidas y alimentos requiere 49,000 toneladas en PET-polietileno tereftalato- según una compañía transformadora de botellas de plásticos, solo se recicla el 30%.

Los rellenos sanitarios reciben toneladas de basuras y muchos de esos envases no son reutilizables, puesto que contienen partículas tóxicas para el ser humano.

Según el informe de Greenpeace Colombia, mejor sin plásticos del 2018, el consumo de plástico es 1.250.000 toneladas al año, aproximadamente 24 kg per cápita y solo el 56% de estos son de consumo único.

El país genera unos 12 millones de toneladas de residuos sólidos al año y solo recicla el 17%.

En Colombia el 74% de los envases llegan a los rellenos sanitarios”, señala el estudio.

En otros apartes del informe de Greenpeace, se señala que dentro del mercado local empresas como Bavaria, Coca cola y Postobón tiene cerca de 24 productos envasados en botellas tipo PET y en Acoplásticos se afirma que hubo una expansión del sector en un 5%.

La industria de los alimentos ultra procesados no participa de manera activa y decidida en las regulaciones públicas, en las conversaciones, ni en los compromisos sociales para mitigar el efecto de las botellas de un solo uso; por el contrario, endilga la responsabilidad al consumidor para que recicle.

Reciclar envases y fomentar el re-uso les atañe a los consumidores y a los empresarios, así mismo generar trabajo digno, proteger su vida y su salud, en fin, acciones y procesos que mejoren la calidad de vida de los consumidores y clientes.

Yessika Hoyos, abogada defensora de derechos humanos integrante del Colectivo José Alvear Restrepo y vocera de la campaña Dulce Veneno, señala que “las empresas se resguardan en sus campañas de responsabilidad social, usan los premios que ganan para limpiar su actividad económica, pero no atacan el problema de raíz.

Es tiempo de erradicar los envases que dañan el ambiente y evitar la compra de bebidas que afectan la salud de los colombianos. “¿Hasta cuándo?”, se deben preguntar los consumidores”.

El tiempo es ahora, por eso, Dulce Veneno, la marca de la mentira, incentiva de manera directa un pacto por la transparencia, de modo que los colombianos firmen por la verdad y se acaben las prácticas poco éticas que afectan el bienestar nutritivo de las niñas y niños y los impactos ambientales.

Desde hoy, en redes sociales circula el video de la activista ambiental Valeria Santos, donde se evidencia la problemática ambiental y todos puedenapoyar www.eldulceveneno.org ó con la etiqueta #UneteAlaVerdad

Una respuesta

  1. Grave, cuando consumimos per capital y por año más kg de plástico que de proteína animal.

Los comentarios están cerrados.