Alice Callahan PARA DE NEW YORK TIMES – 26 DE NOVIEMBRE
Los estudios los han relacionado con el cáncer colorrectal y otras afecciones digestivas.
Entra en un supermercado típico de Estados Unidos, y gran parte de lo que ves —cereales para el desayuno, comidas congeladas, carnes procesadas, gaseosas— se considera comida ultraprocesada.
Estos productos, típicamente definidos como alimentos y bebidas elaborados con ingredientes que no se encontrarían en la cocina de una casa, constituyen más de la mitad de las calorías que consume la población de Estados Unidos, y se han asociado a diversas afecciones de salud, como la obesidad y la diabetes de tipo 2.
Ahora, nuevas evidencias también han relacionado los alimentos ultraprocesados con una mala salud intestinal, dijo Kevin Whelan, profesor de Dietética del King’s College de Londres.
Lo que sugieren los estudios
En los últimos años, un creciente número de investigaciones ha sugerido que las personas que consumen más alimentos ultraprocesados tienen más riesgo de desarrollar ciertas afecciones que afectan al estómago y los intestinos.
El vínculo más consistente, dijo Whelan, es con la enfermedad de Crohn, una enfermedad inflamatoria intestinal a menudo debilitante que causa dolor abdominal, diarrea grave, fatiga y pérdida de peso.
En una revisión publicada en 2023, los científicos descubrieron que los adultos que consumían más alimentos ultraprocesados tenían un riesgo un 71 por ciento mayor de desarrollar la enfermedad de Crohn que aquellos que consumían menos.
Otras investigaciones han relacionado los alimentos ultraprocesados con un mayor riesgo de síndrome del intestino irritable, úlceras de estómago y cáncer colorrectal. En un estudio de más de 29.000 enfermeras publicado este mes, los investigadores informaron de que quienes consumían más alimentos ultraprocesados tenían un 45 por ciento más de probabilidades de desarrollar cierto tipo de pólipo colorrectal precanceroso que quienes consumían menos.
La mayoría de estos estudios han sido observacionales, lo que significa que pudieron encontrar asociaciones entre los patrones alimentarios y las afecciones de salud, pero no pudieron demostrar que dichos patrones alimentarios causaran las afecciones, dijo Whelan.
Aun así, las asociaciones “son bastante sorprendentes” y “consistentes”, dijo Andrew Chan, gastroenterólogo del Mass General Brigham y profesor de Medicina de la Facultad de Medicina de Harvard.
Cómo pueden causar daño los alimentos ultraprocesados
Cuando ingredientes como el trigo, la avena y el maíz se procesan en productos como cereales para el desayuno, pan de molde y galletas saladas, pierden la fibra beneficiosa y los compuestos vegetales saludables llamados polifenoles.
La fibra y los polifenoles alimentan los microbios “buenos” de nuestros intestinos, que previenen la inflamación y mantienen sano el revestimiento de nuestros intestinos, dijo Chris Damman, profesor clínico adjunto de Gastroenterología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington. Cuando esos componentes saludables se eliminan durante el procesado, dichos beneficios desaparecen.
Los alimentos ultraprocesados también suelen tener un alto contenido en azúcares añadidos (que se han relacionado con un mayor riesgo de cáncer colorrectal y enfermedad inflamatoria intestinal o EII) y sodio (que puede aumentar las bacterias “malas” del intestino y desempeñar un papel en la EII).
Los aditivos como los emulsionantes y los edulcorantes artificiales también pueden dañar la salud intestinal, dijo Neeraj Narula, gastroenterólogo y profesor adjunto de Medicina en la Universidad McMaster de Ontario, Canadá.
Los investigadores están especialmente preocupados por los emulsionantes, que se encuentran en muchos alimentos ultraprocesados, como ciertos panes, aliños para ensaladas y productos lácteos.
Algunos estudios pequeños en humanos han demostrado que el consumo de emulsionantes se asocia a cambios potencialmente perjudiciales en el microbioma, dolor abdominal y mayores niveles de inflamación en todo el organismo. Pero la mayoría de las investigaciones sobre emulsionantes se han realizado en roedores, que son más fáciles de estudiar, dijo Whelan.
Esos estudios han descubierto que cuando los roedores consumen ciertos emulsionantes —en niveles similares a los de los alimentos ultraprocesados— los microbios intestinales “malos” crecen más que los “buenos”, la capa protectora de mucosidad que recubre los intestinos se adelgaza y aumenta la inflamación intestinal, dijo Benoit Chassaing, investigador del microbioma en el Instituto Pasteur de París. La inflamación intestinal crónica puede aumentar el riesgo de desarrollar afecciones como la enfermedad inflamatoria intestinal y el cáncer colorrectal, dijo Chan.
Los investigadores también han descubierto que cuando las personas con enfermedad de Crohn evitan los emulsionantes, sus síntomas mejoran.
Algunos estudios con roedores han sugerido que el consumo de edulcorantes artificiales como la sucralosa, el acesulfamo K y la sacarina puede provocar un desequilibrio del microbioma intestinal y un revestimiento intestinal “más permeable”.
No hay suficientes investigaciones para demostrar si esos edulcorantes tienen los mismos efectos en los seres humanos. Pero en un ensayo con 137 adultos publicado en 2022, los investigadores descubrieron que quienes consumían diariamente alimentos y bebidas que contenían esos edulcorantes tenían peores síntomas gastrointestinales, como diarrea, estreñimiento y ardor en el pecho, que quienes los evitaban.
Qué significa esto para ti
Hay muchas cosas que los científicos aún no comprenden sobre el modo en que los alimentos ultraprocesados afectan al intestino, y no hay pruebas suficientes para recomendar evitar por completo estos productos, dijo Whelan.
Pero sí sabemos que puede valer la pena reducir su consumo, dijo Narula, ya que existen pruebas fehacientes que relacionan los alimentos ultraprocesados con otros problemas de salud, como las enfermedades cardiovasculares, la demencia y la obesidad.
Recomendó pensar en los alimentos ultraprocesados que consumes habitualmente e identificar formas de cambiarlos por alternativas no procesadas: beber agua con gas o café helado en lugar de gaseosas, o hacer una vinagreta casera en lugar de utilizar un aliño envasado para ensaladas.
Para un intestino sano, céntrate en consumir muchos alimentos integrales ricos en fibra, como frutas y verduras. Y limitar el sodio, los azúcares añadidos y las grasas saturadas es bueno para tu salud en general. Si sigues este consejo, dijo Whelan, es probable que acabes consumiendo menos alimentos ultraprocesados.