• Un enérgico llamado de atención al Ministro de Hacienda hace el Cajar quienes rechazan las negociaciones con la industria donde se busca debilitar los impuestos saludables consignados en la reforma tributaria.
  • “El impuesto a las bebidas endulzadas se ha aprobado en 73 países alrededor del mundo, incluyendo a 21 países afiliados a la Organización Panamericana de la Salud. Esperamos que Colombia no se quede atrás en tomar esta medida”, afirma Yessika Hoyos Morales, vocera de la campaña Dulce Veneno del Cajar.
  • “Esperamos que los platos rotos en este pulso, no los terminen pagando los ciudadanos y ciudadanas en sus mesas”, indicó.

*Bogotá, agosto 22 del 2022 (@CCajar – #DulceVeneno).* El Colectivo José Alvear Restrepo, Cajar, hizo hoy un llamado de atención al Ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo y solicitó responder a la sociedad civil con políticas públicas acordes con lo prometido por el Presidente Gustavo Petro de proteger la vida y la salud de los colombianas y colombianos.

“Observamos con gran preocupación que el ministro de Hacienda esté negociando con la industria de bebidas endulzadas y alimentos ultra-procesados si hay o no impuestos saludables. Le preguntamos al ministro Ocampo: ¿qué es más importante? ¿La salud de los ciudadanos o la presión de la ANDI?”, cuestionó Yessika Hoyos, abogada del Cajar y vocera de la campaña Dulce Veneno.

Para Cajar es muy grave que la industria desnaturalice el impuesto saludable y que lo pinten ante la opinión pública como un impuesto al consumo que afectaría el bolsillo de los ciudadanos.

“Insistimos en que la industria no debe definir la política de salud pública. Esa no es su función, ni su lugar. La OMS y el Relator Especial de Naciones Unidas para el derecho a la salud, han hablado de la interferencia como las malas prácticas de la industria de alimentos y bebidas para influenciar los marcos legales y entornos políticos, para retrasar, debilitar o impedir el desarrollo de políticas de alimentación saludable”, agregó la abogada Hoyos Morales.

Asimismo, dijo que estos tributos son unas medidas costo-efectivas que cuentan con la mejor evidencia científica libre de conflicto de interés y denunció que la industria quiere interferir en la mesa de las familias colombianas.

“El impuesto a las bebidas endulzadas, por ejemplo, se ha aprobado en 73 países alrededor del mundo, incluyendo a 21 países afiliados a la Organización Panamericana de la Salud. Esperamos que Colombia no se quede atrás en tomar esta medida, así como también esperamos que los platos rotos en este pulso, no los terminen pagando los ciudadanos y ciudadanas en sus mesas”, puntualizó.

Desde hace 6 años un grupo de organizaciones de la sociedad civil ha persistido en el etiquetado frontal de advertencia, así como impuestos saludables para bebidas endulzadas y alimentos ultra-procesados. Se ha denunciado una serie de malas prácticas como las puertas giratorias, como la financiación de campañas políticas para persuadir a los políticos, como las reuniones por debajo de la mesa para legislar con base en sus intereses económicos, olvidando que es la salud pública la que debe prevalecer por encima de todo.